Historia

Disalvid es una empresa familiar que refleja el poder del legado, la tradición y la capacidad de adaptarse a los tiempos. La historia de Disalvid comienza en los años noventa, cuando Don Patricio, inspirado por su hermano mayor Luis, decidió seguir el camino que él había trazado. Luis, quien había fallecido, dejó en Don Patricio y sus otros hermanos una profunda pasión por la construcción y las obras con aluminio y vidrio.

Motivado por este legado, Don Patricio abrió una pequeña ferretería que rápidamente se destacó en la construcción de puertas y ventanas de aluminio y vidrio. Este éxito inicial impulsó la apertura de un pequeño taller de obras, donde la visión de Don Patricio comenzó a florecer.

Con el tiempo, y junto a su esposa, la pareja Tenezaca Galarza adquirió un terreno en La Troncal, donde juntos construyeron lo que más tarde se conocería como Disalvid. La empresa creció de manera sostenida, gracias a las importaciones directas, lo que les permitió enfocarse exclusivamente en el negocio de aluminio y vidrio. En 2009, decidieron dejar las obras y cambiar el nombre comercial a Disalvid.

En 2010, Disalvid dio un paso crucial en su expansión al abrir su primera sucursal en Milagro. A lo largo de los años, nuevas sucursales se establecieron en Babahoyo y Libertad, fortaleciendo la presencia de la empresa en el mercado.

Durante la pandemia de 2020, Disalvid mostró su capacidad de adaptación al adquirir una gama más amplia de productos, como alucubonnd y gypsum, con marca propia. Además, la empresa se integró al mundo digital, lanzando nuevas redes sociales y una página web que les permitió mantenerse conectados con sus clientes.

En 2023, Disalvid continuó su expansión con la apertura de sucursales en Machala y Guayaquil. Hoy, Disalvid no solo es un referente en la industria del aluminio y vidrio, sino que también se enorgullece de contar con aliados estratégicos y de apoyar a la industria nacional, adquiriendo y vendiendo materiales de empresas como Fisa, Femec, Maviju, Sika y Alumina.